the girl with too many dresses
...when I stopped waiting on the perfect occasion to wear the beautiful dress that has been hanging on my closet for months
1/1/20252 min read
Como para muchas personas, el irse de 'shopping’ es una terapia. Desde pequeña recuerdo portarme bien y sacar buenas notas para que me llevaran de compras. Luego de adolescente ahorraba para cuando tuviera la oportunidad, ir a gastarme el dinero comprándome ese surfer short que tanto quería, o el collar que cambiaba de colores según tu estado de ánimo. Me encantaba ir a actividades solo para arreglarme y ponerme mi perfect dress. Siempre me ha encantado ese momento de arreglarme el pelo, maquillarme y buscar los accesorios para complementar mi outfit, antes de salir, pongo música, bailo, hablo al espejo, canto, como varios snacks, en fin, es una fiesta y recreo momentos en mi cabeza como si estuviera ya en el lugar que voy.
Pero algo cambió, con la edad suelo ser una persona un poco más introvertida, y ya casi no salgo, ¡actually NO SALGO! so the weird thing es que ahora hago todo online, visito mis tiendas favoritas desde mi celular y tengo mi list de cosas que me gustan, siempre imagino a donde me pondría el traje y zapatos que vi en el app de una de mis tiendas favoritas. Hago todo un escenario en mi cabeza.
Pues la terapia ahora es comprar ese traje y zapatos que me gustaron, esperar que lleguen por correo, medírmelos y luego de que plasmo una sonrisa enorme en mi rostro viéndome el traje puesto, y midiéndome todo lo que compré, entra la parte emocional. No tengo para donde ponérmelo, pienso si planificar algo entre amigas a ver si estreno el traje, pienso que restaurante hay nuevo que quisiera visitar, me imagino usándolo en una noche especial en algunos de mis viajes, a veces hasta pienso que debo tener el traje perfecto para cuando mi pareja, que no tengo, me llame a salir, tenga que ponerme para esa cita y las demás que vengan porque esa persona sabrá que me encanta arreglarme y salir a comer. Pero luego que he fantasiado con todos los lugares a donde me gustaría usar ese traje que compré, que tanto me gustó, me viene el golpe de la realidad, con una tristeza busco si tengo más ganchos disponibles para meter al closet y buscarle espacio a todos los trajes que acabo de comprar.
Allí se quedan por meses, con el tag puesto, a veces cuando abro el closet los miro y me preguntó si debería venderlos, puede sonar extraño, pero les cogí cariño porque cuando los miro recuerdo exactamente en mi mente la imagen que creé de donde quería usarlo, con quien estaba, que personas me dijeron que el traje estaba bello, todas las fotos que me tiré, miro el traje, me sonrío, y vuelvo acomodarlo en el closet el cual sé que en algún momento abriré para ponérmelo, y salir, pronto,
Conmigo,



